Para regresar

Vaya, después de meses quiero regresar y no tengo las ideas claras en la mente, pero, bueno, ¿de que se trata un blog?, o ¿para que fué creado?, si unicamente se aceptaran trabajos de calidad literaria comprobada, creo que no existiría ninguno.

A esta hora sigo en la oficina y esta vez no por chamba, sino porque la verdad me gusta estar solo aquí. Tengo la sensación de quietud que me falta encontrar en otros lugares. Poco ruido, solo mi música y alguna que otra persona que pasa en dirección al estacionamiento. Estos días me he dado cuenta de algo curioso. Parece ser que el trabajo aquí se vuelve adictivo, no, perdón, el trabajo no, más bien el lugar. ¿Saben acaso de cuantas personas he sabido que han perdido hasta a sus familias por estar comisionado?. Te absorbe casi todo el tiempo y en mi caso es peor, porque podría estar en mi casa, pero ¿para qué?. La respuesta la encuentro en mis temores. Sé que si llego a ella solo leeré o veré televisión, ¿dormiré?, tal vez sí.

Aquí en cambio platico conmigo mismo, reflexiono, invento complots en mi contra, abuso del delirio de persecución provocado por el tamaño de mi ego. Pero vaya, ¿qué sería de mí sin él?. Aún recuerdo la entrada que escribí en enero, de lo cansado y harto que estaba, erróneamente pensé que lo había superado por los acontecimientos que han ocurrido desde entonces. Pero no, al contrario. No he resuelto nada, todo lo bueno ha pasado por acción de otros y no de mi persona, en cambio, mi participación en esta novela solo ha sido el cometer errores, el autoflagelarme con mis decisiones apresuradas, con mi falta de visión a futuro. Justo ahora escucho esa letanía en mi mente que habla de vivir el presente y no pensar en lo que vendrá y juro que en este momento no se como hacer para callarla.

Errores y más errores, equivocación tras equivocación. Como recuerdo las palabras de Claudia: "Necesitas paz". Claro que la necesitaba, solo que no las entendí en su momento y malinterprete su significado. Lo que en realidad ocupaba era paz, pero conmigo mismo y aún la sigo buscando. Resultado: Hacerle daño a la persona que más ha significado en mi vida y dejarme engañar por las personas que abusaron de mi estupidez y arrogancia.

Ahora que sigue: como los gatos, lamerme mis heridas en soledad, conocerme a mi mismo por fin y perdonarme, para poder de este modo ofrecerle algo a esa persona. ¿Quién sabe? tal vez por fin le escriba un libro.