Después de mucho pensar, no encuentro la respuesta. Hoy en día vivimos en un estado de paranoia continuo. En mi caso particular, llevo semanas saliendo a la calle y vigilando que no pase nada a mi alrededor. Cuanto intento dormir, cualquier ruido hace que me levante de la cama y abra la ventana para ver si aún tengo carro. Otras noches el sonido de tiros lejanos me arrulla y me hace esperar el tronar de las sirenas policíacas que nunca se hace presente.
No puedo evitar ver los noticieros nacionales, en donde por más que intenten maquillar los hechos reales por orden de nuestra ilustre Secretaría de Gobernación, observo un interminable número de ejecuciones, balaceras, miembros y cabezas decapitadas. ¿Y para qué?, ¿porqué?, ¿quién gana en verdad?. Lo único que me puedo contestar es quién pierde, nosotros, la sociedad, los civiles, los que no vendemos drogas, los que no ganamos dinero disque representando al pueblo en el gobierno, los que no secuestramos, los que no salimos en tele o en los diaros o en la radio gritando a los cuatro vientos que la guerra se esta ganando.
Quisiera en verdad saber quién le pidió al gobierno iniciar esta "guerra". Tal vez me equivoque y peque de ingenuo, pero recuerdo que cuando yo era adolescente, las únicas drogas que veíamos era el pegamento, los plásticos y alguna que otra vez la mariguana. Pero a raíz de esta guerra, las calles de nuestra nación se han llenado de coca, crack, tachas, cristal, digo, ya la mariguana la vemos como cualquier cigarro. Para mi tiene una lógica, con tanto desmadre, esa cosa ya no llega tan rápido con los verdaderos consumidores, con los gringos, y a fin de cuentas tiene que venderse.
En mi pequeña lógica pienso, ¿Quienes las compran a monton?, ¿quienes en verdad tienen un grave problema de drogadicción en su país? La respuesta es más que clara, los gringos. ¿Entonces?, porque no mejor la legalizamos aquí. Dejen que toda esa madre llegue sin problemas del otro lado. Que se mueran ellos, no nosotros. Que arreglen la porquería que tienen en verdad como nación. Mejor negocien con los capos y pidanles que toda su mercancía la pasen a nuestros vecinos. Denles esa capacidad de movilidad y solo pidanles que se calmen las cosas en nuestro país. A mi en lo particular me importa un pepino con sal si los drogadictos son los nacistas de Arizona, lo que en verdad me interesa es poder salir a la calle por la noche a comprar un refresco sin temor, poder ir a Chihuahua, a Monterrey, a Reynosa a visitar a mi familia, a mis amigos y no rezar por ellos cada día y cada noche. No vivir con el temor de perder a un familiar, a un amigo, a un conocido, a un conciudadano.
En realidad que no entiendo la verdad de lo que pasa. ¿Le estamos haciendo el trabajo sucio a los gringos?, ¿el gobierno mexicano en verdad quiere acabar con los capos de la droga o solo pasarle el poder a otros?, ¿quienes son los verdaderos malos?, ¿los zetas?, ¿la familia?, ¿los del Golfo?, ¿los Arellano?, ¿el Pacífico?, ¿el Gobierno?, ¿Felipe Calderón?.
Gracias señor presidente por lo que nos ha ocasionado. Mientras usted no aparece en ningún lado hasta que toda su seguridad previene que ni un mosco se le acerque, nosotros vivimos en esta impresionante inseguridad. Mientras usted pide disculpas y promete soluciones y justicia que nadie en su sano juicio creería yo solo pido a Dios porque no aparezca el macho que se anime a eliminarlo del mapa como deben haber hecho con su amigo, aunque sigan inventando accidentes.
Ánimo, al fin de cuentas todo esto tarde o temprano terminará
martes, 11 de mayo de 2010
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