miércoles, 17 de diciembre de 2008

Un poco de salsa

Aprovechando la falta de clientes en mi oficina, dadas las fechas vacacionales y el sin numero de posadas y desayunos, me dieron ganas de escribir algo. Y ese algo surgió de la música que tengo puesta en la compu. Salsa. Después de tanto tiempo de quejarme por la agresiva cantidad de lugares, antros, foros para presentaciones de Banda y el poco espacio existente para el rock local, ya no digamos para otros géneros, debo admitir y agradecer que actualmente surgen nuevos lugares para bailar salsa.

Vaya que este ritmo me ha robado el corazón, al escuchar la música mis pies solo desean bailar, esté donde esté, aunque no sepa, pero es un bit que se te mete por los oídos y solo puede escapar por los talones. Me gustaría tener tiempo suficiente para tomar clases en los diferentes lugares que existen, desde gratis hasta pagados, pero esos minutos necesarios no los tengo, anyway, me gusta moverme sepa o no y lo disfruto que creo, es lo importante. Y dónde lo hago, existen tres lugares que me agradan y otro que está de moda pero no me gusta.

El primer lugar para salsa definitivamente es el Wallstreet, los jueves. Hace tiempo era un lugar con buena música pero pequeño, hace poco sufrió de una remodelación que lo convirtió en un excelente lugar para bailar. La pista se hizo más grande y el grupo sigue siendo excelente, además que en su tiempo de descanso el dj escoge buenas opciones. El costo no se me hace caro, ya que pagas $60 de cover general, te dan una bebida y no te obligan a un consumo mínimo.

La mutualista ha sido una opción muy solicitado en la comunidad tapatía en los últimos tiempos, dado que el cover es solo de $20 y las bebidas dentro no son tan caras. Si quieres mesa de pista, por ejemplo, tienes que asegurar un cartón de cerveza que te cuesta alrededor de $300, pero entre 4 o 5 personas no se hace caro. La música depende mucho del día que vayas, los jueves es agradable, los viernes el grupo es bueno, pero mezclan mucha cumbia, merengue, música más comercial, como de fiesta de 15 años, pero los sábados el conjunto es muy bueno, salsero de corazón y el ambiente se pone excelente. Desgraciadamente tiene un defecto muy grande, el espacio. Es un lugar muy pequeño y se llena demasiado, la pista se llena exageradamente y por mala suerte casi todos los concurrentes son muchachitos de esos raros, entre hippies, emos, fresas, o sea raros, que ni saben bailar y solo se mueven pausadamente con cerveza en mano y la verdad eso me desespera, acabas pateando y pateado, golpeando y golpeado.

El lugar que hace poco abrió y considero una buena opción se llama Mambo Café. El costo es un poco más elevado, ya que por ejemplo los sábados hombres pagan $70 y mujeres $50 y no te incluye nada. Dentro puedes pedir desde cerveza hasta botella, todo depende donde te quieras sentar. En cervezas entre $30 y $35, botellas desde $700 para arriba. En promedio si pides botella para 6 personas, con los refrescos, la cuenta sale aproximadamente de $1,200 a $1,500. Lo que me agradó bastante es el espacio. La pista es duela, excelente para bailar, y sobretodo amplia. Además de que existe mucho espacio entre las mesas y en los pasillos por si no quieres subir por lo congestionado que se pueda volver. Él grupo es venezolano y toca bien, y se convierte en una buena opción para todos, ya que si alguno de tus amigos no disfruta de la salsa por no saber bailar, en los descansos del grupo se escucha desde reggaeton, pop, electrónica, variadito para todos los gustos.

Otro lugar muy de moda en Guadalajara es el callejón de los rumberos, del cual no pienso hablar mucho ya que se me hace un lugar caro y sin ningún espacio para bailar, ahí lo que les importó fue llenar de gente para el consumo pero nada de baile. Pero como está de moda se llena.

Podríamos comentar de otros lugares como el salón Veracruz o de la Astoria, pero como es más cumbia y ese tipo de cosas lo dejaremos para mejor ocasión.

Como último comentario, la salsa creó una familia en la comunidad, ya que depende el día, te encuentras a casi todas las personas en los mismos lugares, por lo tanto vas creando ciertas amistades. Y recuerden, si no saben bailar no importa, lo que realmente vale son las ganas de escuchar buena música, mover el cuerpo y si se quiere, observar a las parejas para aprender.

lunes, 8 de diciembre de 2008

UN RATO POR LA FIL

Como cada año, la semana pasada tuvimos el gusto en Guadalajara de poder asistir a la Feria Internacional del Libro (FIL), promovida y llevada a cabo en gran parte por la Universidad de Guadalajara. Me gusta comentar esto porque así como muchas personas odian y no soportan a Raúl Padilla, habrá que reconocer que esta es su idea y si no hubiera sido por él y su equipo de colaboradores lo único que tendríamos que presumir en Jalisco sería a Costel y a Lagrimita y en serio que eso sería peor que cualquier cosa. Ya la política interna de la Universidad de Guadalajara hace rato que la deje atrás y prefiero verle las cosas buenas a mi Universidad, que tanto quiero y respeto, que las malas.

Regresando al tema, hará algunos años atrás, el ir a la Fil representaba para mi solamente el caminar y buscar libros. Pero este año traté de asistir a una que otra conferencia o mejor dicho presentaciónes de libros. Para mi fue un placer el poder escuchar al mejor historiador que tiene este estado, al maestro Muriá, él comento el libro titulado "Fuego Clemente", una novela cuyo personaje principal es Clemente Orozco, el gran muralista jalisciense. Vaya que resulto un gusto el solo estar presente en esa presentación. Y vaya, nos comento la gran idea que tienen en Ciudad Guzmán sus habitantes, de hacer un círculo de sal que limite toda esa localidad, para con ello evitar a futuro que vuelvan a salir babosos como Alberto Cárdenas, nuestro ex gobernador.

Pero ninguna presentación como la de ayer domingo. El gran maestro caricaturista Rius, presento su libro llamado "¿Sería católico Jesucristo?, ni madres". No había tenido el gusto de conocerlo pero ayer me dí una escapada y la cola de gente, los empujones para entrar y el haber permanecido de pie por poco más de una hora dentro del salón valió la pena. Lástima que hubiera tantos villamelones en la sala. Gente que nunca ha leído al maestro y no se que hacían ahí, uno que otro que se quedó dormido y el clásico niño bonito que solo va a filmar y que no deja de caminar y dar lata empujando y platicando con su novia, gracias a Dios entendió la indirecta y mejor se largo. Por cierto, mientras hacíamos cola una señora le pidió al señor delante de nosotros que la dejara entrar, situación que no crean que me agrado mucho, pero vaya, lo que si me disgusto fue cuando comentó que si por su edad (RIUS) ya tenía derecho a meterse en contra de Jesús, a lo que respondí que le recomendaba leer su obra antes de hacer juicios, ya que Rius nunca ha atacado a Jesús, al contrario, él mismo en la presentación se consideró a sí mismo ateo cristiano.

Este nuevo hijo de Rius está dedicado a tres periodistas, Carmen Aristegui, otra de la cual me da vergüenza admitirlo pero no recuerdo su nombre y a Lydia Cacho, las cuáles han sido las pioneras en presentar en este país reportajes en contra de los pederastas tanto del gobierno como de la iglesia y que por ello han sido perseguidas, amenazadas y vetadas. Este nuevo libro nos presenta los orígenes étnicos de Jesús e investigaciones y reportajes de abusos sexuales cometidos por sacerdotes católicos en contra de niños, niñas, monjas y demás, así como el silencio cómplice del vaticano y de las autoridades eclesiásticas locales.

Desgraciadamente, al querer comprar el libro para la firma de autógrafos, éste se había agotado y no pude conseguirlo, y en ese momento me arrepentí de que Rius fuera de mis escritores favoritos y no haber llevado conmigo alguno de los ejemplares que tengo en casa, ya que los que estaban a la venta ya los tenía y ni modo de andar gastando en lo mismo, ya esperaré al próximo año para otra oportunidad de autógrafo y fotografía con él.

Solo espero que algunos de los villamelones que compraron su libro para aparecer en la foto lo lean y puedan abrir sus mentes a la verdad.